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Capacidades para vivir con dignidad

(Escribe: Jackeline Castillo) En el proceso de construcción de un Estado moderno no perdamos la orientación ni el fundamento.

Gestión pública para generar valor público. Los trabajadores del Estado rumiamos esta expresión como ley. Seguimos en esa transición y reto. Pero este proceso de modernización y tecnificación de la administración pública no puede olvidar su basamento. En los pasillos del desarrollo de competencias y el activismo parece haberse roto la conexión con el ejercicio de derechos. Siendo el derecho sobre lo que se funda y se orienta.

Nos parece entonces que podemos sacar provecho al enfoque basado en derechos humanos. El enfoque cuaja elementos esenciales para la gestión pública. Dejemos que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos nos ilustre: “es un marco conceptual para el proceso de desarrollo humano que desde el punto de vista normativo está basado en las normas internacionales de derechos humanos y desde el punto de vista operacional está orientado a la promoción y la protección de los derechos humanos. Su propósito es analizar las desigualdades que se encuentran en el centro de los problemas de desarrollo y corregir las prácticas discriminatorias y el injusto reparto del poder que obstaculizan el progreso en materia de desarrollo.”

La persona humana y su dignidad es el corazón del enfoque. El Estado como garante de derechos asume la responsabilidad de respetar, proteger y hacer cumplir los derechos de los ciudadanos. Autogenera capacidades y desarrolla capacidades para que las personas conozcan, cumplan y exijan el cumplimiento de sus derechos. El enfoque considera a las personas como titulares de derechos asimismo como agentes de cambio en las políticas públicas.

Empuja al empoderamiento ciudadano. Sobre todo, de poblaciones que viven en la marginación, la exclusión y la discriminación: mujeres, niñas, niños y adolescentes, adultos mayores, poblaciones indígenas, LGTBI. Se rige por principios de igualdad, no discriminación, participación ciudadana, transparencia y rendición de cuentas. Los tres últimos elementos asociados a lo que se denomina, en la modernización de la gestión pública, un gobierno abierto.

Esto es de manera sucinta cómo el enfoque promueve y protege los derechos humanos. Queda pues que en el proceso de construcción de un Estado moderno no perdamos la orientación ni el fundamento. El ejercicio de los derechos demanda que las personas desarrollen capacidades: capacidades para vivir con dignidad.

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