Escribe: Rodrigo Salcedo Pereda (Médico-Cirujano)
El Palto, Vista Alegre de Yamón y San Ramón son algunos centros poblados del distrito de Yamón en la región Amazonas que aún no registran casos autóctonos confirmados de COVID-19, pese a que, en la región, ciudades como Bagua Grande, capital de la provincia de Utcubamba que alberga a las poblaciones mencionadas al inicio, han presentado elevada incidencia, generando el colapso de sus servicios de salud. ¿Cómo se puede explicar esta situación? ¿Qué factores han permitido prevenir el ingreso de la pandemia en estos centros poblados?
La situación expuesta obedece en primer lugar a las características propias de estas localidades, las cuales poseen baja densidad poblacional y dispersión residencial; y, en segundo lugar, y considero más importante, las estrategias de prevención adoptadas por la población organizada en coordinación con las autoridades municipales y sanitarias, desarrolladas a partir del respeto recíproco con posterior cambio progresivo de estilos de vida.
Los establecimientos de salud del primer nivel de atención, cuyo esfuerzo aislado mediante la explicación de medidas preventivas puede ser insuficiente, se han potenciado al trabajar junto con las autoridades locales reconocidas por la comunidad. De esta manera, el alcalde delegado y su teniente, el juez de paz, la directiva de la ronda campesina y los agentes comunitarios de salud, se han convertido en ejemplo para el resto de la población al acatar las medidas de prevención, y posteriormente, se han encargado de la supervisión de las mismas.
Asimismo, el trabajo intersectorial ha permitido identificar a las personas que retornan a su lugar de origen procedentes de áreas de transmisión comunitaria para que cumplan cuarentena en lugares dispuestos, sean instituciones públicas, o viviendas que cumplan con condiciones implantadas por las autoridades sanitarias. Además, la ronda campesina, adecuadamente organizada, puede controlar los horarios de inmovilización obligatoria e ingreso y salida de vehículos y comerciantes de los centros poblados. En la misma línea, se puede realizar una labor más cercana con los ronderos, instruyéndolos para que no se expongan al detener a extraños y adopten estilos de vida más saludables y puedan replicarlo en sus familias.
Por lo expuesto, el involucrar a la comunidad en las estrategias preventivas contra la COVID-19, mediante la participación de líderes reconocidos por ellos mismos en la planificación y ejecución de las mismas es un factor imprescindible para impedir el ingreso de la pandemia a centros poblados rurales.
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